Hemos escuchado tanto de la brujería y de esas famosas mujeres que se transportan en escobas, que pueden hacer pociones para lograr aquello que desean. Esas brujas con características muy peculiares que nos han vendido en las películas y productos audiovisuales, pero la gran pregunta es: ¿será verdad?
¿En realidad existe la brujería? ¿Se pueden invocar los espíritus por medio de rituales y eventos paranormales? ¿O es algo que solo no han vendido en los cuentos de hadas? Si hoy en día todavía tienes esas preguntas, has llegado al lugar indicado.
En este artículo podrás saber todo lo relacionado con la brujería, si de verdad existió, si se extinguieron, si practicaban magia negra o blanca. Continúa leyendo para que aclares todas tus dudas.
¿Qué es la brujería?
Cuando hablamos de brujería nos referimos al arte donde se puede invocar a los espíritus para cualquier fin. Se le relaciona también con artes ritualistas, eventos paranormales y hechos mágicos.
La palabra brujería nace de bruja, que es como se le llama a una mujer que practica ritos y actividades que no tienen ninguna explicación o que se consideran como mágicas. La brujería empieza sus inicios a mediados del siglo XIII para designar a todas aquellas personas, que por lo general se consideran mujeres, que se creía que tenían ciertos poderes con los cuales podían invocar al diablo.
En Europa toda personas que practicara la brujería era condenado a la muerte hasta el siglo XVIII. Antes de esto, estos hechos mágicos se le consideraban como un acto de herejía por las autoridades de la iglesia católica y se les sometía a la Inquisición.
Supuestamente la brujería se realizaba en las reuniones de brujas donde supuestamente empezaban a invocar al demonio. A estos encuentros se les llamaba aquelarres. En ellos se daban inicio a ritos paganos donde se incluía la práctica de la hechicería y también la creación de pócimas.
Una de las características de la brujería es la creencia y ritos sobre la creación de las pócimas y los hechizos. En realidad se puede dividir en dos grandes grupos, todo va a depender de la intención:
- Brujería blanca: estas son las prácticas que contienen hechizos que en ningún momento buscan hacer daño.
- Brujería negra: aquí los ritos sí contienen malas intenciones y de esta manera su finalidad es conseguir afectar a una persona de manera negativa.
Diferencias entre la brujería y la hechicería
La mayoría de las personas confunden estas dos palabras, hasta las utilizan como sinónimos. Si nos vamos al mundo del romanticismo podemos decir que una hechicera es la joven que gracias a sus encantos pudo enamorar a un hombre, en cambio, cuando nos referimos a bruja es la misma mujer que al pasar los años se ha vuelto más vieja.
Según el antropólogo español Julio Caro Baroja las brujas se encuentran más en el ámbito rural y entre 1450 y 1750 eran las que perseguían en las cazas de brujas. En cambio, a las hechiceras se les conoce desde la antigüedad clásica, son personajes importantes urbanos.
Un gran ejemplo en la literatura española donde la protagonista de La Celestina de Fernando de Rojas. La diferencia entre bruja y hechicera también se puede observar en la literatura española del Siglo de Oro, como por ejemplo: El coloquio de los perros.
Carmelo Lisón Tolosana, antropólogo español, comenta que la diferencia entre hechicería y bruja es que tienen una pequeña relación donde una y otra cuentan con un poder oculto y maligno, como también con el poder demoniáco.
La hechicera es muy antigua, por lo que «en realidad en toda cultura pueden encontrarse prácticas de magia hechicería o maléfica, realizadas con intención de causar daño a otros, por medio de técnicas apropiadas e invocación de poderes misteriosos o demoníacos».
La hechicera lo que hace es invocar y utilizar el poder demoníaco para poder realizar sus conjuros, en cambio, la bruja hace un pacto con Satán renunciando a su ce para rendirle culto al diablo.
«La fuente del poder oculto no es ahora la fuerza de la palabra ni la invocación al diablo ni la ceremonia mágica, sino que aquélla proviene de la adoración personal y voluntaria al demonio por parte de la bruja hereje y apóstata; su poder es vicario pero diabólico, adquirido a través de pacto explícito, personal y directo con el mismísimo Satán en conciliábulo nocturno y destructor que anuncia el aquelarre».
La distinción entre brujería y hechicería es que la última no tiene ningún pacto con el diablo, esta es una de las diferencias que comparten los autores. En cambio, la brujería utiliza herramientas como ungüentos, hierbas, alucinógenos para poder hipnotizar a las víctimas y utiliza materiales empíricos.
Entonces podemos decir también que existen dos tipos de brujería: la antigua, que es la que todavía existe y es la que se le relaciona con la adivinación y los filtros amorosos (o hechicería) o la que es demoníaca, se le relaciona con los aquelarres y el propio diablo (o brujería).
Historia
La brujería existe desde la antigüedad, aunque no necesariamente se le conocía con el mismo nombre, ni tampoco se veía ni se le comprendía de la misma manera como se hace hoy en día. Es complicado determinar cuándo es que se empezó a utilizar la palabra “bruja” y su derivado “brujería”, realmente el origen se desconoce por completo. Aunque se puede decir que tiene etimología prerromana, germánica o hasta celta.
Lo más importante es que en el primer documento la palabra la habían escrito como “bruxa”, en el siglo XIII en Europa. Sin embargo, la gran figura de las encantadoras y las hechiceras pertenecen a la Edad Media y está en incontables escritos literarios.
Un gran ejemplo es en la Odisea, donde está la hechicera Circe que es habitante de la isla de Eea. Ella por medio de pociones convertía a cualquier enemigo en animales o les hacía perder su memoria y olvidar su hogar.
Podemos decir también que en el Antiguo Testamento bíblico hay relatos similares, como el del rey Saúl cuando consulta a la “bruja de Endor”. También existían las famosas práctica del “mal de ojo” que venían de parte de los brujos y brujas en el Antiguo Egipto, como también en otras civilizaciones africanas y mediterráneas, donde era muy común los talismanes para poder prevenir cualquier tipo de acto realizado con malas intenciones.
Ya para estos relatos a las brujas ya se le otorgaba unos rasgos característicos, como puede ser el conocimiento de las famosas hierbas y de las pócimas. También podemos contar con el don de la metamorfosis en los animales, la capacidad de volar (encima de las famosas escobas o también se podían convertir en buitres), la necromancia.
Aunque no se crea, ingerían alimentos muy extraños, por lo general eran partes de lagartos, insectos o hasta los murciélagos, hasta canibalismo (específicamente con niños pequeños).
A finales de la Edad Media y en el inicio del Renacimiento la brujería empezó a tener un lugar en el Occidente, porque las instituciones del cristianismo empezaron a activarla búsqueda y persecución de las brujas, mediante la Inquisición.
Muchas mujeres para esa época fueron acusadas de herejía, pactos con el demonio y prácticas que tienen que ver con las artes oscuras (necromancia, adivinación, etc). Por esta razón tuvieron que huir, en toda Europa y América fueron sometidas a ejecuciones públicas, grandes torturas y hasta las quemaban vivas dentro de una hoguera.
De las grandes cacerías de brujas que inició en el siglo XIII, junto con los peores momentos en los siglos XVI y XVII hay registros muy importantes, tales como:
- Directorium inquisitorium de 1376, que es el manual de los inquisidores de Nicolás Aymerich (1320 – 1399). Allí se pueden observar tres formas de brujería, desde las supuestas prácticas que se consideran como demoniacas.
- Melleus maleficaru, de 1487, aquí se encuentra el tratado renacentista sobre la famosa brujería.
- Démonomanie des sorciers, de 1580, que está hecho por el francés Jean Bodin.
La reforma protestante en vez de ponerle un fin a las prácticas, lo que hizo fue asumirlas favorablemente. Se tiene un estimado que en el sur de Alemania murieron quemadas por lo menos unos 3230 brujas, entre los años 1560 y 1670. En cambio, en Escocia entre los años 1590 y 1680 la cantidad es de 4.400.
Con la llegada de la Ilustración y la recién Revolución Científica, la gran obsesión que tenía con la brujería empezó a perder intensidad pasando al ámbito folklore y de una de las tradiciones consideradas como más populares, hasta incluso infantiles.
Aunque hoy en día la brujería se ve solo en los cuentos de hadas y en el folklore campesino, todavía hay grupos religiosos que siguen acusando de brujería a los que practican cosas ocultas, sobre todo de las religiones no Occidentales (como puede ser africanas o la Yoruba), como también podría ser el neopaganismo.
Prácticas atribuidas a las brujas
Pacto con el diablo:
A las personas que se les acusaba de brujería era porque tenían un pacto con el Diablo. Se pensaba que luego de que se terminara este acto, el Diablo le dejaba una marca en el cuerpo a la bruja y que por eso se le podía identificar como hechicera.
En el proceso del pacto la bruja se comprometía a darle el culto al Diablo a cambio de que pudiese obtener alguno poderes que se consideran como sobrenaturales, entre ellos estaba la capacidad de realizar ciertos maleficios de muchos tipos donde afectan a los elementos de la naturaleza como también a las personas.
También se le suma a que las brujas tienen la capacidad de volar, sea en palos, como animales, con ayuda de ciertos ungüentos o demonios.
El aquelarre o sabbat
Las brujas por las noches se decía que realizaban reuniones nocturnas donde le rendían adoración al demonio. Este tipo de encuentros tenían varios nombres para esa época, aunque los más populares son: sabbat y aquelarre. La primera tiene referencia antisemita, donde existían ritos y crímenes que se les atribuían a las brujas y los que cometían los judíos según las acusaciones populares.
En lo aquelarres se realizaban ritos donde existía una inversión de sacrilegio de los cristianos. Podemos ejemplificar con: recitar el credo al revés, la bendición con hisopo negro o una hostina negra consagrada.
Según los documentos que se obtuvieron de esa época, existían los opíparos banquetes y la gran promiscuidad secual. Las acusaciones más comunes eran las del infanticidioy hasta los sacrificios humanos.
Los aquelarres se basaban en la adoración de forma colectiva al Diablo, quien llegaba a la reunión en forma humano o como un animal (podría ser un gato negro, macho cabrío, etc). El ritual que por lo general se hacía era besarle el ano al Diablo.
El vuelo
A las brujas se les atribuía la posibilidad de poder desplazarse volando a los aquelarres. Esta creencia de la Antigüedad clásica que fue vista con un poco de escepticismo. Tenían diferentes procedimientos para volar, tenemos los siguientes: el Canon episcopi, que hace referencia a que las brujas se podrían movilizar en animales voladores. Sin embargo, la más común es la escoba.
La escoba la relacionan con la supuesta promiscuidad de las brujas, otras teorías dicen que esta herramienta era para poder suministrarse drogas.
La metamorfosis
En el norte de Europa le atribuyen a las brujas la transformación a un gato negro. Sin embargo, en la cultura guatemalteca se dice que en los rituales realizan ciertos movimientos que permitían que vomitara el alma, para luego así lograr convertirse en cualquier tipo de animal.
Magia negra
A las brujas se les acusaba de realizar hechizos con magia negra, con la finalidad de realizar el mal. Estos hechizos podían hacer morir o enfermar a las demás personas o hasta los animales, como también desencadenar fenómenos meteorológicos que terminaran arruinando la cosecha.
Podemos entonces concluir que la brujería existe desde hace miles de años. De hecho esta creencia es de común en muchísimas culturas desde la antigüedad y las interpretaciones de cada una van a variar dependiendo de la cultura a la que pertenezca.
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